¿Cómo se desarrolla un vínculo de confianza y seguro?

Las interacciones con nuestros hijos, son como un hilo que al principio está enrollado, por la mayor necesidad de cercanía física; y mes a mes, año a año, se irá desenvolviendo para posibilitar mayor autonomía. Lo que quiere decir que, si este hilo se desenvuelve muy rápido, podría romperse y en este caso generar sensaciones de angustia; y si no se desenvuelve, podría entonces sentirse inseguro.

Los padres somos como un espejo donde los hijos se mirarán para saber si las cosas van por buen camino.

Cada uno, mamá y papá, aportan su estilo a la hora de formar. Si ambos nos involucramos desde un principio, estaremos creando un vínculo único con nuestro hijo a través de la atención, el cariño y la comprensión durante los cambios en su desarrollo.

Es imposible no aprender de los padres: para crecer debemos descubrir nuestro propio mundo y son las primeras relaciones las que lo hacen posible.

Es probable que nuestros hijos sean tiernos si así somos con ellos, o digan mentiras si alguna vez nos oyeron decirlas. Evaluemos constantemente cómo es el espejo que nuestros hijos están utilizando para confirmar si lo que hacen está bien.

Es posible que mientras crezca se encuentre con otras personas en las que también se refleje, entonces nuestra labor es estar atentos y reflexionar con ellos frecuentemente.